19Quejarse está a la orden del día entre todos los sectores de la sociedad, y no sólo en tiempos de crisis como los que vivimos. La costumbre nacional de criticar y descalificar en la sobremesa o en el bar, en lugar de actuar y pasar a la acción contribuye a crear un ambiente de negatividad en el que es fácil sentirse una víctima impotente ante todo lo que acontece.
Violencia, crisis, corrupción, abusos… Alimentadas por los medios de comunicación masivos, las redes sociales y blogs están saturadas de mensajes que contienen una gran cantidad de negatividad. Es un infortunio la cantidad de personas que utilizan los medios sociales como canal para criticar, condenar y quejarse.
UN BOMBARDEO DE NEGATIVIDAD
Muchos de nuestros contactos nos bombardean con mensajes negativos sobre sus vidas; hay quienes sólo ponen frases pesimistas, pensamientos o anécdotas desagradables. Nuestras redes sociales representan una gran parte de la visión que generamos en los demás sobre nosotros mismos. ¿De verdad quieres ser visto como un quejica? ¿Realmente conseguimos algo al hacer esto? No lo creo.
ACEPTA EL RETO DE PERMANECER 21 DÍAS SIN POSTEAR NADA NEGATIVO.
La idea original nació de la mano de Will Bowen, un pastor estadounidense que, en sus sermones, proponía a sus protestones feligreses permanecer 21 días sin quejarse. Para facilitarles la cosa, repartió una pulsera morada que debían cambiarse de muñeca cada vez que se lamentasen de algo, para poner el contador a cero y empezar otra vez. De la iniciativa surgió un súper-ventas y un movimiento con miles de seguidores en todo el mundo.
No postees ninguna crítica, queja, condena o negatividad en este periodo de tiempo. En lugar de eso trata de postear elogios sinceros, aprecio y reconocimiento a lo que te gusta y admiras. Comparte comentarios positivos.
¿Por qué 21 días? Dicen los psicólogos que un hábito se forma en este periodo de tiempo. Pero lo más probable es que deshacer el hábito del chismorreo y la queja te lleve bastante más.
“La vida se transforma a tu alrededor cuando adquieres el hábito de no quejarte, criticar, chismorrear o victimizarte. El paraíso comienza a crearse en tu entorno, el entusiasmo florece, el sufrimiento desaparece, la autoestima crece y la felicidad amanece”, – Satrústegui