En este artículo sintetizo y analizo como ser efectivo desde una óptica personal al que considero como uno de los libros más importantes en desarrollo personal, empresa, organización y psicología del desarrollo, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva por Stephen R Covey
Hábito 1: Sé proactivo.
Todos conocemos a esa persona que no para de quejarse sobre lo mal que gestionan el país y la economía, se queja de cómo han subido los precios y el desempleo en los últimos años, echándole la culpa a banqueros y políticos. Estas personas tienen tendencia a echar la culpa a factores externos para las situaciones actuales, esto es lo que se conoce como una persona reactiva. La gente reactiva cuando empieza un negocio y las cosas no les van como quieren, echan la culpa al mercado o a la situación actual, frases como “es que la gente de aquí no entiende mi producto” o “no funciona porque no tengo suficiente capital” son frases de gente reactiva. En cambio, alguien proactivo pensaría “¿cómo puedo mejorar el producto constantemente para que la gente no pueda vivir sin él?”. Nuestro cerebro es vago y la vía más sencilla es la reactiva, pero aquí es donde hemos esforzarnos para cambiar el rumbo y empezar a ser proactivos, dejar de enfocarnos en lo que no podemos controlar y centrarnos en lo que sí que podemos.
Deja de enfocarte en lo que no puedes controlar y céntrate en lo que sí que puedes.
Al ser proactivo, lo que dice el autor es que para ser eficiente no debes focalizarte en las cosas que no puedes cambiar (guerras mundiales, políticos corruptos, etc.) a no ser que realmente te vayas a dedicar a luchar por cambiarlo. Para cumplir este hábito intento cortar todas las fuentes de información sensacionalista y me enfoco en información que me sea productiva, que no sea algo que me enfurezca, que no sea algo que me de ese sentimiento de impotencia, porque entonces comenzaría a adoptar una actitud reactiva ante la vida y comenzaría a quejarme de lo mal que está el mundo. Creo que para ser proactivo, lo que tienes que hacer es hackear tu cerebro y darle la información que vaya a hacerte tener una actitud proactiva y no reactiva.
Lo que tienes que hacer es hackear tu cerebro y darle la información que vaya a hacerte tener una actitud proactiva y no reactiva.
Habito 2: Empieza con un fin en mente.
Imaginémonos ahora que estamos en un funeral, este es un poco distinto ya que el que está en el ataúd eres tú mismo, ¿Qué dirías sobre cómo has vivido tu vida?, ¿estás feliz de las decisiones que has tomado?, ¿quieres poder decir que fuiste una buena persona? que aportaste valora la sociedad y que viviste las aventuras con las que siempre había soñado?, si es así, ¿estás haciendo ahora mismo las acciones que te permitirán decir estas cosas sobre ti mismo?, o de lo contrario, ¿te asusta demasiado el fracaso y prefiere vivir de manera más cómoda?
¿Estás haciendo ahora mismo las acciones que te permitirán decir sobre ti mismo?
Cuando estaba terminando la universidad, uno de mis profesores me dijo: – Andrés, tienes que plantearte qué quieres hacer con tu vida a partir de ahora -. Yo no sabía exactamente qué iba a hacer, el me insistió en que tenía que plantearme cómo me quería ver en 10 años. Estudié económicas y aunque no me gustaban los trabajos de contabilidad, sí que me apasionaban las tecnologías de la información, me visualicé en con mi propia empresa de base tecnológica, un negocio que crea valor para todo el mundo, que me haga levantarme por las mañanas excitado.
Necesitaba avanzar hacia la siguiente acción para acercarme a donde quiero estar, tenía bastante confianza en mí mismo y ningún miedo a abandonar mi zona de confort saliendo del país. Así que opté por el plan de choque más fuerte que se me ocurrió en el momento, me instalé en Reino Unido, perfeccioné el inglés y cursé allí un master en la materia que me apasionaba (Information Technology and Business). Empecé con un fin en mente pensando que cada acción me acercará más a mi objetivo.
Hábito 3: Poner primero lo primero.
Imagino que si alguien te pregunta que cuáles son las cosas más importantes de tu vida, la respuesta sería: salud, hijos, pareja, amigos, cuidar el físico, etc. Jamás dirías que lo que más te importa es arreglar papeles o ver la tele. Pero muchos de nosotros vemos más de lo debido la tele u organizamos papeles durante mucho más tiempo del que dedicamos a cultivar nuestra salud o cuidar de nuestras relaciones. Hay una gran diferencia entre lo que decimos y lo que realmente hacemos.
Mi forma de poner este hábito en práctica es muy sencillo, para conseguir mis objetivos hay ciertas cosas que son primordiales: leer y aprender sobre lo que ya han hecho los demás, trabajar duro y comprometido con mi entorno laboral adquiriendo más experiencia y conocimientos, cuidarme la alimentación y ejercitarme en el gimnasio. Cada vez que me cazo a mí mismo pensando en relajarme, ver TV o comer comida basura, antes me pregunto: ¿has hecho primero lo primero? perfecto, puedes ver la tele o puedas darte un capricho, es importante que nos recompensemos para mantener el entusiasmo. Al fin y al cabo no es el 10% sino el 90% de lo que hagas lo que te va a definir
Hay una gran diferencia entre lo que decimos y lo que realmente hacemos.
Hábito 4: Pensar en ganar-ganar.
En la vida, para que tú ganes no tiene porqué perder otra persona. Imaginémonos que yo tengo un blog con 10000 seguidores y tú tienes uno con 8000, además, nuestros lectores tienen gustos muy similares. Yo un día entro en tu blog y realmente creo que es muy bueno, por lo que decido recomendarse lo a mis lectores, tú a cambio haces lo mismo con el tuyo. De esta forma, nuestros lectores pueden enterarse de que existen nuestros blogs y ambos ganaremos nuevos lectores. Como vemos, ambos hemos salido ganando y el público tiene más contenido a su disposición.
En la vida, para que tú ganes no tiene porqué perder otra persona.
Hábito 5: procura primero comprender y después, ser comprendido.
Imagínate que vas al oculista ya que llevas tiempo sin ver bien de lejos, explicas tu problema y éste coge sus gafas y te las da, – no se preocupes, tengo más en casa -, te dice, tú te las pones y, obviamente, ves peor. El oculista te insiste en que a él le han ido genial durante años y que no sabe porque no te están funcionando. ¿Qué pensaríamos de esto? seguramente que está loco y no es nada profesional. Ahora pensemos en la de veces que solemos dar consejos desde nuestro punto de vista sin ni siquiera escuchar lo que nos están diciendo, tendemos a prescribir sin diagnosticar presuponiendo que los problemas de los demás tienen que ser muy parecidos a los nuestros.
A muchas personas les encanta dar consejos baratos, a veces incluso sin que se les pida. El problema viene cuando aconsejamos desde nuestro propio punto de vista, no analizamos la situación desde la perspectiva de la otra persona, con esta actitud podemos ser incluso maleducados y realmente nefastos a la hora de aconsejar porque no estamos viendo problema través de sus ojos.
En este contexto, antes de hablar con alguien sobre temas estratégicos, políticos, o personales, trato de evitar el consejo barato y decirme a mí mismo: “si quieres dialogar este tema de forma coherente y correcta con esta persona, primero deberías poder defender su punto de vista mejor de lo que lo defiende él mismo.”
A muchas personas les encanta dar consejos baratos, a veces incluso sin que se les pida.
Hábito 6: Buscar sinergias.
Hay un árbol con 5 manzanas, somos dos personas y ninguno de nosotros es suficientemente alto para llega. Sin embargo, si uno se sube a los hombros del otro podemos llegar y coger las 5, a esto se le llama sinergia, como vemos, el total es más grande que la suma de sus partes. Obviamente, no se puede conseguir una sinergia con todo el mundo, pero deberíamos buscar constantemente relaciones que permitan desarrollarla, con cada relación de sinergia podemos coger más manzanas que por nuestra cuenta no hubiéramos podido.
El total es más grande que la suma de sus partes
Hábito 7: afilar la sierra
Un hombre lleva una hora intentando cortar un árbol con una sierra, su vecino se cansa de verlo fracasar y le comenta que si afila la sierra irá mucho más rápido, el hombre le dice que afilar la sierra le llevaría demasiado tiempo.
Este ejemplo que parece una tontería se puede extrapolar a lo que solemos hacer en otras circunstancias. No dedicamos ni 30 minutos al día para ir al gimnasio y nuestra forma física se deteriora como consecuencia, no podemos leer un libro 15 minutos al día y estimular nuestro cerebro.
Si haces de un hábito afilar tu cerebro y tu físico, cuando encuentres desafíos o problemas va a ser mucho más fácil resolverlos, hay mucha gente que lleva 3 años tirados viendo la tele y comiendo comida basura y luego tratan de obtener una fórmula mágica para obtener el éxito de forma instantánea, eso es básicamente imposible, estas cosas requieren tiempo, tienes que afilar la sierra día tras día.
Hay mucha gente que lleva 3 años tirados viendo la tele y comiendo comida basura y luego tratan de obtener una fórmula mágica para obtener el éxito de forma instantánea, eso es básicamente imposible